viernes, 18 de diciembre de 2015

Uno

Debí empezar hace tres años, como siempre llego tarde. 

Si pudiera presentarme en cueros lo haría, que es sin duda la mejor manera de conocerse, en la cama y en el alma; no siempre se puede eso sí, también se puede en la ventana del auto cuando toca un semáforo o cuando caminas por las calles atestadas de gente, conozco los ojos con miedo, los ojos arribistas, las narices apuntadas al cielo, las migajas que caen al suelo también las lágrimas, no puedo presentarme en pelotas pero si en letras que es cómo lo mismo si lo piensas aunque ya nadie diga la verdad más aún en estos tiempos descabellados y absurdos.

Soy yo mismo aún, sin descubrirme, aún queda algo de pueril y de ángel, también de bestia y basura.


Aquí comienza el camino de vuelta.